La primera infancia es una de las etapas más cruciales en el desarrollo de un ser humano. Comprendida entre los 0 y los 6 años, este período es determinante para el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños y niñas. En Colombia, la inversión en la primera infancia se ha convertido en un tema prioritario tanto para el gobierno como para diversas fundaciones y organizaciones sociales.
¿Por qué es crucial la primera infancia?
El cerebro de un niño en sus primeros años de vida tiene una capacidad única para absorber conocimientos y desarrollar habilidades esenciales. Según estudios de la UNICEF, el 90% del cerebro de un niño se desarrolla antes de los 5 años, lo que resalta la importancia de ofrecer estímulos adecuados en esta etapa.
Un ambiente lleno de afecto, estimulación y educación puede marcar la diferencia en el desarrollo futuro de los niños, influyendo en su capacidad para aprender, resolver problemas y relacionarse con los demás. Los primeros años son, en esencia, la base sobre la que se construirá el resto de sus vidas
La situación de la primera infancia en Colombia
n Colombia, según el DANE, hay más de 5 millones de niños y niñas que se encuentran en esta etapa crucial de la vida. Aunque se han logrado avances significativos en el acceso a la educación y la salud, aún persisten desafíos. Muchos niños en zonas rurales o en situación de pobreza no reciben los cuidados necesarios, lo que impacta su desarrollo integral.
Diversas organizaciones, como Fundaprim, trabajan para mejorar las condiciones de vida de estos niños y niñas, ofreciendo programas de atención integral que abordan necesidades básicas como la nutrición, la educación y el acceso a servicios de salud. La labor de estas fundaciones es esencial para garantizar que todos los niños, independientemente de su contexto, tengan una oportunidad justa de desarrollar su potencial.
Retos y oportunidades
Uno de los principales retos que enfrenta Colombia en relación con la primera infancia es la desigualdad. Los niños que crecen en áreas rurales o en condiciones de pobreza extrema suelen tener menos acceso a programas de calidad que favorezcan su desarrollo. Sin embargo, la creación de políticas públicas que promuevan una atención integral y los esfuerzos del sector privado y las ONGs están contribuyendo a cerrar esta brecha.
Además, la pandemia del COVID-19 ha demostrado la necesidad urgente de digitalizar los procesos educativos y de salud, lo que ha abierto nuevas oportunidades para que los niños en zonas remotas accedan a servicios esenciales.
El papel de la sociedad en el desarrollo de la primera infancia
No solo el Estado y las organizaciones tienen la responsabilidad de cuidar y fomentar el desarrollo de la primera infancia. La sociedad en su conjunto también juega un papel fundamental. El compromiso de las familias, las comunidades y el sector privado es clave para garantizar que los niños crezcan en ambientes seguros y propicios para su desarrollo.
Conclusión
Invertir en la primera infancia en Colombia no solo es un acto de justicia social, sino una inversión a largo plazo para el país. Los niños y niñas que reciben la atención adecuada en sus primeros años de vida son más propensos a convertirse en adultos productivos, saludables y empáticos, contribuyendo de manera positiva al desarrollo de la sociedad.
Es momento de seguir apostando por programas y políticas que apoyen a la primera infancia, garantizando que cada niño, sin importar su lugar de nacimiento, tenga la oportunidad de florecer.